Resumir la actividad de una
entidad cultural en el dilatado espacio de cinco décadas es un reto difícil,
y más aún si se trata de un colectivo tan activo y de prolífica labor como
el «Grupo Cultural Caspolino» (GCC), desde el año 2001 denominado «Centro
deEstudios Comarcales del Bajo Aragón-Caspe» (CECBAC).
Es una tarea que pone a
prueba la capacidad de análisis del trabajo efectuado, de recopilación y
señalamiento de los momentos más destacados de su historia, así como de
reseña de aquellas personas que, en cada momento, han contribuido con su
esfuerzo y desinteresada colaboración a la divulgación de los aspectos más
relevantes de nuestra cultura local y comarcal.
Para lograr este fin es
imprescindible consultar el archivo documental de la entidad, porque el
relevo generacional impide a quienes hoy participan de las inquietudes del
CECBAC el conocimiento global de cuanto desde el mismo se ha hecho,
proyectado, sugerido, impulsado o apoyado.
El escrito más antiguo
conservado es el Reglamento que, datado el mes de agosto de 1954, regulaba
su organización y funcionamiento como organismo dependiente de la
Institución Fernando el Católico.
Un texto dividido en tres
títulos («De la constitución, fines y tareas del Grupo», «Del gobierno del
Grupo» y «De la labor difusora del Grupo»), que englobaban 41 artículos en
total, si bien de su lectura se desprende que existió un anexo actualmente
desaparecido.
Otro «tesoro arqueológico»
para el conocimiento del pasado de la entidad sería la relación de acuerdos
adoptados en la Comisión Permanente celebrada el 24 de mayo de 1957 (la
primera de la que se tiene constancia escrita), que fue mecanografiada al
dorso de una cuartilla de la Delegación Provincial de Sindicatos. El acta
refleja, entre otros acuerdos «constituir grupos de estudio según las
modalidades de Ciencias, Artes y Letras; la fundación de una nueva revista
semanal o quincenal; la adhesión a la inauguración del Palacio de Sada, en
Sos¸ proponer un concurso, sujeto a premio, sobre cosas de Caspe en las
próximas Fiestas de San Roque; proponer como miembros correspondientes de
este grupo a don José Camón Aznar y don Jesús Piera, así como ratificar el
nombramiento de don Manuel Pellicer como miembro correspondiente».
Las actividades del CECBAC
hasta el curso 1956-1957 no habían sido muy numerosas, tal como
explícitamente se reconocía, «sentidamente», en el resumen de actividades de
la entidad del que se daba traslado «al superior conocimiento de esa
Institución matriz» el 27 de septiembre de 1957, fecha hasta la que se había
organizado una conferencia de divulgación científica («El cáncer y sus
modernos tratamientos»), impartida por el doctor Daniel Casanova Laborda; un
«Recital de poesía española», en el que intervinieron Mariano Molina Cebrián
y Francisco Alloza Belenguer; varias actividades encaminadas a la
divulgación de la música popular española y la música popular universal, así
como los primeros exponentes de lo que ha sido una materia de constante
interés para el CECBAC: la investigación arqueológica, su impulso y
respaldo, pues el citado año los catedráticos Antonio Beltrán y Manuel
Pellicer dirigieron varias actividades de divulgación arqueológica,
incluidas unas excavaciones en la partida de Zaforas, «con el apoyo y amplia
colaboración del Grupo».
Pocos datos se conservan
sobre la identidad de quienes formaban en esos momentos el elenco de
consejeros de la entidad cultural. Conocemos el nombre del presidente en
1957, Ernesto Rodrigo de la Llave (quien tomó el testigo del José Garrido
Sancho, quien fuera responsable inicial). Integrantes del Grupo también lo
eran ese año Daniel Casanova Laborda, Francisco Alloza Belenguer, Luis Fraca
Royo, mosén Mauricio Adán Cuartero, Manuel Pellicer, y a título póstumo,
mosén Antonio del Cacho y Tiestos, y estando propuestos para su ingreso José
Camón Aznar, Jesús Piera y Alfonso Desentre Lázaro.
En 1957 se crean dos
secciones de estudio, las de «Arqueología, Arte, Filología y Literatura», y
«Geografía, Folklore y Estudios Económico- Sociales». Desde 1957 hasta 1969
hay escasas referencias de la actividad del Grupo, cuyo listado de
consejeros fechado en mayo de 1962 está formado por 36 personas, una
relación que, con ligeros altibajos, se irá ampliando hasta los 80 nombres
que compondrán en 1975 la nómina de colaboradores de la entidad.
En 1969, invitados por el
Grupo, disertaron Luis Gómez Laguna (sobre el tema «El carácter aragonés»);
monseñor Pedro Altabella («Caspe, presente y futuro»); José Camarena («¿Por
qué se celebró el Compromiso de Caspe?»); José María Zaldívar («Lecciones
aragonesas para oídos caspolinos»); Mariano Rabadán Pina; Ángel Canellas
López y Antonio Zubiri (presidente de la DPZ). Fue además el año en que se
conmemoró el VIII Centenario de la Reconquista de Caspe (que dio lugar entre
otras actividades a la convocatoria de un concurso periodístico sobre tal
efeméride).
Se puso en marcha el I
Concurso de Fotografía de Caspe, Ciudad y Comarca, y también el Primer
Certamen de Forja Artística, Talla y Escultura, en tanto se ponía en
circulación la primera hoja informativa local, Vínculo, dirigida
fundamentalmente a los caspolinos
en la emigración, y exponían sus obras
pictóricas y grabados Maribel Lorén Ros, Glastra van Loon, Torcal y Mira, y
sus trabajos en cerámica Teresa Jassá. El Grupo colabora con la Diputación
Provincial de Zaragoza en el programa «Conozca usted su provincia».
En el nuevo decenio siguen
centradas los ciclos de conferencias. Participan Antonio Serrano Montalvo
(«El matrimonio de los Reyes Católicos y su significado») con ocasión de la
entrega del premio del concurso periodístico del VIII Centenario de la
Reconquista de Caspe, acto al que asistió el Delegado Provincial de
Información y Turismo, Enrique González Albadalejo. Hubo ese año
disertaciones a cargo de Antonio Beltrán Martínez («El Caspe de ayer y
hoy»); Rodrigo Rubio, premio Planeta, («La novela actual en España»), y
Mariano Mainar («Un Papa visita Caspe»).
La línea de trabajo editorial
que se afrontará años después tiene su precedente en la colaboración
económica y literaria que se presta a la revista «Vínculo». En 1970 tiene
lugar la tercera edición del Concurso Local de Dibujo y Pintura, dedicada a
plasmar la imagen del Convento de Santo Domingo. A partir de ese curso la
actividad del Grupo tendrá más continuidad y aumentará la frecuencia de
actos culturales programados.
En 1971 tienen lugar
recitales de poesía y canciones tradicionales a cargo de Carmen Heymann y
Servando Carballar, los conciertos de la Banda de Música, el apoyo a los
artistas locales noveles, más poesía interpretada por Ángel Guinda, las
proyecciones sobre Caspe de Salvador París y un nuevo ciclo de conferencias:
Francisco Sáez («El mundo de hoy»); Serrano Montalvo («El estudio de las
devociones religiosas en el valle del Ebro») y Alfonso Zapater
(«Venezuela»). El concurso de dibujo y pintura se consolidará en su cuarta
edición, dedicada al Arco de San Roque. Otra mención especial merece la
actividad teatral.
El Grupo, que promocionó el
año anterior a un colectivo de jóvenes actores locales colaborando en la
puesta en escena de «La soltera rebelde» (de Víctor Ruiz Iriarte), en 1971
apadrina las representaciones de «El viejo celoso» (Miguel de Cervantes),
«Los esclavos» (A. Martínez Ballesteros), «Auto de la donosa tabernera» (J.
M. Rodríguez Méndez) y «El cántaro roto» (de Heinrich von Kleist), adaptada
y puesta en escena por Mariano Cariñena.
En 1971 continúa la
colaboración con el programa «Conozca usted su provincia», se presta ayuda
personal y material a las actividades de Extensión Cultural, y se traslada
la colaboración financiera a la revista Nuevo Caspe, que nace para sustituir
a Vínculo. Se conmemora el VII Centenario de Santa Isabel de Portugal,
acontecimiento con el que se hace coincidir la presentación de una moción
sobre «La situación crítica del olivar en Caspe».
Un concierto interpretado por
el prestigioso guitarrista Luis Suelves y un concierto de villancicos de la
coral zaragozana de la Iglesia de Santa Engracia abren la programación
cultural de 1972. Guillermo Fatás Cabeza imparte una conferencia sobre el
origen del hombre, y el misionero Julio Feliú disertó sobre la situación en
Malawi. La colaboración con otras entidades de la localidad cobra nuevo
impulso, pero además hay una mayor implicación material con la conservación
del patrimonio: señalización de monumentos, repique de piedras milenarias y
portaladas, así como la iluminación de la techumbre mudéjar del coro de la
Colegiata de SantaMaría la Mayor. Prosigue la promoción teatral con las
representaciones de «El amor médico» (Moliére) e «Historias para ser
contadas» (Oswaldo de Aragón).
Pero con ser interesante y
prolija la labor llevada a cabo hasta entonces, sobre todo si se tiene en
cuenta la escasez de medios materiales, tal vez sea el curso 1973-74 el que
alumbrará un cambio drástico de actitud y de metodología de trabajo que se
percibe en planteamientos más ambiciosos y la acometida de proyectos más
importantes.
El año de 1973 es un punto de
inflexión en la mentalidad del centro, que se plasma en el inicio de la
actividad editorial. La primera obra publicada es «La Colegiata de Santa
María la Mayor y el Castillo del Compromiso de Caspe», de Cristóbal Guitart
Aparicio, cuya impresión se hizo en los talleres caspolinos de «La
Tipográfica Sanz». El Grupo, en cooperación con el Centro de Iniciativas
Turísticas (CIT), participa en el rescate de los restos de la ermita
románica de Santa María de la Horta (anegada por las aguas del embalse de
Mequinenza), y organiza conciertos de la Coral «Ciudad de Caspe», la
Polifónica de Ejea de los Caballeros y la Banda de Música local; se
programan excursiones a Maella, Fabara, Fayón y Mequinenza, se colabora en
la representación de «Crónicas del Compromiso» (de Alfonso Zapater) por el
grupo de teatro «La Taguara». Ese año se desarrollan las II Jornadas sobre
Medios Audiovisuales, que incluyen la proyección de películas, diapositivas
y conferencias sobre historia, arte y música por Francisco Oliván y
Francisco Melguizo, junto con exposiciones de fotografía de Preciado y de
pintura de J. Luis Cano.
«En este marco de pensamiento
creo que debemos movernos sin remilgos, sin atosigante erudición y sin
distanciamiento de nada ni de nadie. Y sobre todo con alegre seriedad. O con
seria alegría, como queráis mejor (...). Pienso que la cultura puede ser
alegre, y que debemos hacerla alegre para que nos guste y divierta. Para que
nosotros lo pasemos bien, y al mismo tiempo consigamos que otros lo pasen».
Con estas palabras, pronunciadas el 8 de junio de 1976, asumía Miguel
Caballú la presidencia del Grupo Cultural Caspolino, cargo para el que había
sido nombrado por el Presidente de la Diputación de Zaragoza el 5 de mayo.
Desde 1954 le habían
antecedido en este mismo puesto -además de los ya mencionados José Garrido
Sancho y Ernesto Rodrigo de la Llave-, Santiago Andréu Buisán, Alfonso
Desentre Lázaro y Félix Serrano Repollés.
Los casi dieciséis años de
gestión de Caballú fueron, sin duda, una etapa fructífera y dinámica de la
filial bajoaragonesa de la Institución Fernando el Católico. Durante su
presidencia se fueron sucediendo en la Secretaría General Adolfo Lafarga,
Jesús Morales, Manuel Alcaine y Alberto Serrano. Este último fue nombrado
presidente por la Comisión Permanente de la Institución el 9 de enero de
1992, desempeñando el cargo hasta ceder el testigo a Miguel Lamana Sánchez,
a quien la Junta Rectora de la IFC nombra presidente del Grupo el 11 de
noviembre de 1996. Le sucede José Manuel Guíu Lasheras, que ejerció por vez
primera como tal en la Asamblea del 11 de diciembre de 1999, y que permanece
en el cargo hasta que en la Asamblea del 3 de abril de 2003 entrega el
relevo al actual responsable de la entidad, Salvador Melguizo Aísa, quien
será ratificado por la Junta Rectora de la IFC en la reunión de 28 de
octubre de 2004.
De la Junta Directiva
presidida por Alberto Serrano (1992-1995) formaron parte Domingo Albiac
(vicepresidente primero), José Manuel Guíu (vicepresidente segundo), Félix
Cortés (secretario) y Mariano Cebrián (tesorero). El equipo de gestión de
Miguel Lamana (1996-1999) estuvo integrado por José Luis Cebolla Berlanga
(vicepresidente), Alfredo Legaz Labari (vicepresidente), Inmaculada
Gutiérrez Martín (secretaria) y David Garcés Lasheras (tesorero). La Junta
Directiva presidida por José Manuel Guíu, estuvo compuesta por Maika Blanco
Pintos (vicepresidenta), Mariano Cebrián Buisán (secretario), Francisco
Tobeñas Pascual (tesorero), Antonio Hernández Villacampa, José Manuel López
Abad y Salvador Melguizo Aísa (coordinadores de áreas).
En enero de 2002 el Grupo
Cultural estrenó nuevo logotipo que consagra la denominación de la filial
bajoaragonesa de la Institución Fernando el Católico, mucho más acorde con
los tiempos, fines y área de su actuación e influencia: Centro de Estudios
Comarcales del Bajo Aragón-Caspe (CECBAC).
Desde 1976 más de un centenar
de personas han estado vinculadas al Centro de Estudios, que siempre ha
mantenido vocación comarcal con especial incidencia en localidades como
Chiprana, Nonaspe, Fabara, Fayón, Escatrón... De la entidad han formado
parte gente culta, pero sobre todo gente con apetito cultural y vocación
difusora. Que se recuerde, a nadie se le ha negado el ingreso y la
posibilidad de colaboración. Es decir, hablamos de una entidad que ha
pretendido ser siempre permeable a inquietudes y personas.
El catálogo actual de
publicaciones alcanza la cifra de 117, de las que todas, excepto la primera,
se editaron a partir de 1976. Estas son las series más destacadas:
• En 1979 nace la revista
científica interdisciplinar «Cuadernos de Estudios Caspolinos». Ahora,
cuando en las bibliotecas se alinean 26 entregas, ya no tienen sentido las
reflexiones que acompañaban al primer volumen:
«Encuentra gran vacío quien
quiere documentarse sobre Caspe. Caspe es una ciudad desconocida para sus
propios habitantes (...). Lanzamos el primer ejemplar de Cuadernos de
Estudios Caspolinos conscientes de que la historia de las publicaciones está
llena de números uno, que muchas veces empiezan y cierran la colección al
mismo tiempo (...). Quisiéramos perdurar». La colección de Cuadernos
-algunos de cuyos números se han agotado- ha servido para difundir 223
trabajos de investigación. Más de 6.500 páginas sintetizan miles y miles de
horas de estudio, miles y miles de documentos manejados,... miles y miles de
nuevas posibilidades para seguir investigando.
• Desde l868, cerca de un
centenar de cabeceras de periódicos han aparecido en la ciudad. Algunos de
ellos superó más de mil entregas. El CECBAC ha impulsado una continuada
campaña de localización de ese importante fondo hemerográfico, al tiempo que
editaba en facsímil algunos de los semanarios más interesantes. A partir de
1980 se pusieron a la venta las colecciones de «El Descamisado» (1868-1869),
«El Hambre» (1889-1890), «Revista Caspe» (1927-1928), «La Sinceridad»
(1892-1908), «La Opinión del País» (1884-1886) y «Trabajo» (1932-1933).
También fue realizada una edición limitada de prensa aparecida en Caspe
durante la Guerra Civil Española. Recordaremos que en la serie Cuadernos han
visto la luz una «Historia del Periodismo en Caspe» y otra de la importante
tradición radiodifusora de la comarca (aprovecharemos para apuntar que gran
parte de los archivos y fondos documentales de la que desde 1958 ha sido
emisora local, fueron donados al CECBAC, incluyendo 14.000 discos).
• Cientos de yacimientos
prehistóricos han sido catalogados por la Sección de Arqueología que, desde
1979, ha publicado una decena de números de la revista especializada «Bajo
Aragón Prehistoria». En 1983 apareció una «Carta arqueológica» del término
municipal, por fortuna ya muy desfasada.
• Con la serie «Empelte»
(hasta el momento 12 entregas), que se inició en 1986, se ha pretendido
acercar al gran público temas de interés. Divulgación desde la seriedad
investigadora y exquisito cuidado en la maquetación y contenido gráfico son
las premisas de esta colección que ha cobijado títulos referidos a la
historia de las calles de Caspe, la matanza del cerdo, la apicultura, la
Vera Cruz, la Torre de Salamanca...
• La colección «Imágenes»
comenzó a editarse en 1997 para rescatar y difundir el rico patrimonio
fotográfico de la comarca. El Monasterio de Rueda, trabajos y oficios,
instantáneas de la vida cotidiana de inicios del siglo XX han sido temas
argumentales de las primeras entregas.
En las 115 publicaciones del
catálogo figuran también monografías sobre la Guerra Civil; las lagunas
saladas del Bajo Aragón; la colegiata y el castillo donde se celebró el
Compromiso; el aceite de oliva y la tradición olivarera; la banda de música;
el fútbol; las fiestas... Se han editado libros sobre personajes clave,
meritorios o singulares en la historia o la creación artística comarcal:
Juan Fernández de Heredia, Hermenegildo Estevan, Florencio Repollés... No
falta un catálogo monumental y volúmenes dedicados íntegramente a pueblos de
la zona, como Fayón, Fabara, Nonaspe, La Almolda, Sástago, Monegrillo...
Se ha editado también en
soportes que permiten la reproducción sonora (cintas con conciertos de las
agrupaciones musicales locales o con poemas de Miguel Agustín Príncipe) o
audiovisual (videos sobre temas ecológicos). Pero, siendo una parte vital e
importantísima, la edición de publicaciones no ha sido la única línea de
acción de la filial bajoaragonesa de la Institución. Desde su creación en
1954 sus dos objetivos principales han sido promover actividades culturales
y poner a disposición de los investigadores su infraestructura.
Se han organizado congresos
sobre antropología, las lagunas endorreicas, historia medieval, psicología,
alimentación y salud, veterinaria, economía... Una media anual de cinco
exposiciones artísticas y otros tantos conciertos musicales; certámenes
internacionales de fotografía, actividades de animación cultural infantil,
ciclos literarios y cinematográficos...
Se dispone de una biblioteca
especializada en temas comarcales y aragoneses, de una fototeca que muestra
en imágenes el pasado de la zona, y de una discoteca con más de 14.000
títulos. La sede del Centro de Estudios está en la Casa Piazuelo-Barberán,
un palacio del siglo XVII que está considerado como el edificio civil más
importante de la ciudad y el de mayor valor artístico. Fue restaurado por
Diputación Provincial de Zaragoza y en él se ubican también la Biblioteca
Municipal y la sala de exposiciones de la ciudad. En los años iniciales del
nuevo milenio, el Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón-Caspe (CECBAC),
renueva el compromiso asumido con la cultura y la ciencia en sus diferentes
manifestaciones.
Repasar de forma rápida y no
pormenorizada la memoria de actividades más destacadas de los veinte últimos
años puede ser un excelente botón de muestra de la fecunda labor realizada
al margen de la puramente editorial, que ya ha sido reseñada:
• 1984. Doce conferencias;
exposiciones de pintura, arqueología y fotografía; viaje cultural a la
comarca; 600 escolares participaron en los concursos de artes plásticas;
once conciertos; Primeros Encuentros de Prehistoria Aragonesa...
• 1985. Curso Internacional
de Cultura Española, con asistencia de 50 estudiantes europeos; 16
conferencias; exposiciones sobre cultura popular, fotografía y arqueología;
seis excursiones culturales; seis conciertos; excavaciones arqueológicas
(con la participación de 33 estudiantes de últimos cursos); clases de
técnicas fotográficas y revelado; puesta en marcha del seminario de
investigación en torno al escritor decimonónico Miguel Agustín Príncipe...
• 1986. Primeras Jornadas
Gastronómicas Comarcales; II Encuentro de Prehistoria Aragonesa; VII
Certamen Nacional de Fotografía; primer ciclo cinematográfico Aprender a
Ver, especialmente dirigido a escolares; nueva edición del Curso
Internacional de Cultura Española; excavaciones en los yacimientos de
Palermo y Monleón; tres exposiciones; 17 conferencias...
• 1987. Primeras Jornadas de
Psicoanálisis Aplicado; 13 conferencias; seis conciertos y espectáculos
musicales, nueva edición del ciclo de cine Aprender a ver; localización de
62 yacimientos prehistóricos; II Jornadas Gastronómicas...
• 1988. Congreso sobre
Conservación del Arte Rupestre Aragonés; II Jornadas de Psicoanálisis
Aplicado; creación de la sección de estudios sobre la Orden de San Juan de
Jerusalén; III Jornadas Gastronómicas; IV convocatoria de ayudas para tesis
y tesinas; nueve conferencias, dos conciertos y dos recitales poéticos;
conmemoración del centenario del nacimiento de Gaspar Torrente; campaña de
excavaciones arqueológicas durante el verano; III ciclo de cine Aprender a
Ver...
• 1989. Ciclo dedicado al V
Centenario del Descubrimiento de América (cinco conferencias, concursos
escolares, proyecciones cinematográficas, publicaciones); exposiciones:
recreación de un aula antigua, pintura infantil, muestra de maquetas de
varios monumentos, programas de fiestas antiguos, cerámica, pintura; nueve
conferencias; dos conciertos; concurso de pintura; proyecciones
cinematográficas; pinturas murales en pueblos de la comarca...
• 1990. Se programan cuatro
exposiciones plásticas y una filatélica; también dos conciertos; seis
conferencias; nueva edición de las jornadas gastronómicas y del Concurso
Nacional de Fotografía (concurrieron más de 400 obras de 98 artistas);
localización y copiado de 500 fotografías del Caspe de inicios de siglo;
campaña de concienciación sobre la necesidad de restaurar el Monasterio de
Rueda; excursión cultural; gestiones para la implantación de la UNED en
Caspe...
• 1991. Preparación de un
congreso sobre los problemas de las lagunas saladas de Los Monegros y Bajo
Aragón (78 asistentes); cinco exposiciones plásticas y una sobre la historia
de la radio en Caspe; ocho conferencias; I Jornadas de Cultura Popular
Aragonesa; una representación teatral; tres conciertos; un viaje cultural...
• 1992. Tres exposiciones; un
concierto; un ciclo encuentros literarios, conferencias de Ildefonso Gil,
Josep Sebasti Cid, Mercedes Caballú, Antonio Armisén y, Luis Antonio de
Villena; un Seminario de Cultura Popular, con conferencias y sesiones de
trabajo sobre la medicina popular en Aragón y creencias populares en torno a
la vida; VIII Certamen Nacional de Fotografía; tres viajes culturales...
• 1993. Tres exposiciones de
pintura, una de escultura, dos filatélicas; ciclo de actividades para
conmemorar el primer centenario de la llegada a Caspe del ferrocarril; dos
conciertos; curso de cómic; jornadas gastronómicas; IX Certamen Nacional de
Fotografía; campaña con los alumnos del BUP para la recogida de tradiciones
orales...
• 1994. Exposición antológica
del pintor Glastra van Loon; exposición de cerámica de Carlos Izquierdo;
exposición de ilustraciones de Francisco Meléndez; ciclo de cafés
literarios; dos conferencias; ciclo de cine forum; excursiones fotográficas
en colaboración con la Sociedad Fotográfica de Zaragoza...
• 1995. Tres exposiciones
plásticas (escultura, pintura y fotográfica); cinco conciertos; 14 sesiones
del ciclo «Cafés literarios», con la asistencia y participación de autores
como Esther Tusquets, Ana María Moix, Marina Mayoral, Javier Marías, César
Vidal y Rolando Mix; seminario sobre la Evolución Cósmica dirigido por el
astrofísico Miguel Angel Sabadell...
• 1996. Exposiciones de
pintura (Josep Oliveras, José Orús), tres de fotografía creativa y
etnográfica; cuatro conciertos; 11 conferencias interdiciplinares; diversos
actos para conmemorar el 250 aniversario de Goya; ciclo de charlas sobre
psicoanálisis; proyecciones semanales comentadas en el cineclub...
• 1997. Cuatro conferencias;
seis exposiciones (dos fotográficas, dos de pintura, una de escultura, una
de coleccionismo); actividades conjuntas con Ayuntamiento, Escuela Taller
del Monasterio de Rueda, Colegio de Arquitectos de Zaragoza, Colegios
Públicos de Primaria de Caspe, Asociación de la Mujer Caspolina...
• 1998. Dieciocho
conferencias (astrofísica, Unión Europea, producción agraria, mujer,
arte...); reunión científica en torno a la oliva y su aceite (cinco
ponentes); dos conciertos; una exposición de fotografía y otra de pintura;
actividades de difusión de heráldica...
• 1999. Nueva campaña de
excavaciones arqueológicas, en La Tallada IV; jornadas de convivencia con
grupos juveniles de la ciudad francesa de Gaillac, hermanada con Caspe;
actividades para la sensibilización ciudadana acerca del pésimo estado de
conservación del Convento de Santo Domingo; promoción y ayuda para las
exposiciones que artistas caspolinos cuelgan tanto en París (Joaquín Ferrer)
como en Gaillac (Gamundi, Albiac)...
• 2000. Siete exposiciones
(de fotografía y pintura); cinco conferencias, entre ellas la dedicadas a
conmemorar el centenario de María Moliner, y un ciclo sobre el fin de siglo
(Caspe ayer, hoy y mañana); un recital poético; dos conciertos y el primer
Curso de Verano Interdisciplinar en torno al aceite de oliva, en
colaboración con la Universidad de Zaragoza.
• 2001. Dos exposiciones de
pintura (Manolo Chazo y Javier Ciria), además de tres conferencias:
conmemoración del centenario de Ramón J. Sender, el ciclo sobre «Sociedad
Pensamiento y Mujer» (tres disertaciones), la serie que se dedicó a la
inmigración: «Planeta Tierra Patrimonio de la Humanidad» (cuatro ponencias);
tres actuaciones folclóricas; el primer Campus Urbano de Ocio y Creación
Artística para niños y jóvenes; el segundo Curso de Verano Interdisciplinar
«Alimentos y Salud»...
• 2002. Tercer Curso de
Verano Interdisciplinar «Procesado de alimentos»; ciclo de actividades de
integración «La flor del islam»; «Campus de ocio y creación artística» para
niños y jóvenes; «Jazzpe, seminario de jazz», en el que se programaron
diversas conferencias y conciertos; viaje cultural al sur de Francia,
conferencias, exposiciones...
• 2003. Seis exposiciones
artísticas: «El Siglo XX en Imágenes», «Solá Ferrer», «Paco Sánchez»,
«Tinaja», «Disparates de Fundetodos» y «La Roma Imperial: Las columnas de
Trajano y de Marco Aurelio». Cuatro cursos: «IV Curso de Verano
Interdisciplinar: Avances en ciencia y tecnología de los alimentos»,«Curso
de perfeccionamiento, técnica e interpretación instrumental para jóvenes
músicos», «Campaña de iniciación al Jazz» y «Taller de caligrafía antigua».
Además de siete conferencias y la programación de cuatro conciertos.
• 2004. Presentación del
libro del historiador José Luis Ledesma «Los días de llamas de la
revolución»; exposición «Color desnudo» de la joven pintora caspolina María
Piazuelo; edición del comic de «Tinaja» por el aniversario del colegio del
Compromiso; colaboración con la exposición «25 años de ayuntamientos
democráticos»; participación en las primeras jornadas sobre «El patrimonio
ibérico del Bajo Aragón: Los poblados» desarrolladas en Alcorisa; concierto
de la Coral Municipal “Ciudad de Caspe” y el pianista José Manuel Conte
Bielsa.
Con motivo del 50
aniversario de nuestro Centro Comarcal, se coloca en la plaza de Los
Maestros la escultura «Kotem» del escultor de origen argentino Kardo Kosta.
En el cuaderno de bitácora de
medio siglo han ido quedando anotados los hitos de una navegación en la que,
desde luego, no todo fueron bonanzas. Topamos con dificultades, es cierto.
Una entidad como el Centro de Estudios debe tener, porque es consustancial a
su esencia, ánimo constructivo y espíritu crítico. No hemos sido perfectos
(por supuesto), y podríamos haber hecho más (cierto).
Al rendir cuentas, cumplida
esta etapa, lo mejor ha sido, como siempre, la participación y cooperación
de cada uno de los integrantes de este grupo de amigos de la cultura. En el
Centro de Estudios pensamos que quienes realmente han sido y son los
protagonistas de todas nuestras actividades son los ciudadanos. Siempre nos
hemos sentido respaldados por el pueblo de Caspe, que ha respondido a
nuestras convocatorias y nos ha dado impulso para seguir adelante.
A modo de colofón cabría
recordar que las líneas programáticas del actual «Centro de Estudios
Comarcales del Bajo Aragón - Caspe» aquilatan, sin condicionar el futuro ni
poner límite alguno a la imaginación, los fines de una entidad cultural
dispuesta a cumplir su cincuentenario con vitalidad plena, perseverante en
el deseo de aproximar a Caspe y su comarca lo mejor de cada uno de los
ámbitos de la cultura y la ciencia, al igual que promocionar -en la medida
de lo posible- los valores culturales y las actividades artística e
investigadora de quienes residen en esta parte del Bajo Aragón. A la defensa
del patrimonio dedicamos igualmente buena parte de los esfuerzos. Es una
tarea de constancia que, frecuentemente, choca con la falta de sensibilidad
social, y lo que es más decepcionante: institucional.
Queremos que el Centro se
distinga por su universalidad y la calidad de su programación, tal como
merece la impecable trayectoria de nuestra entidad y, por supuesto, la
Institución Fernando el Católico a la que pertenecemos y a la que
representamos.